Hoy viernes se publicó en el diario Expreso la entrevista que le hice al
escritor Sergio Galarza (ampliar la foto en JPG para leer la versión impresa). La versión completa de la entrevista la publico en este blog.
SERGIO GALARZA HABLA SOBRE "CUENTOS PARA BÚFALOS"
"Los escritores necesitamos apartarnos de la manada"
-Como escribe en la nota que prologa el libro, la familia
y el desarraigo son los temas que dan unidad al conjunto de cuentos. En ese
contexto, ¿cuál es el sentido del título del volumen?
El título no está
sólo relacionado con la idea que Bolaño sostiene en el epígrafe, que tiene su
mejor ejemplo en Sensini, el primer cuento de Llamadas telefónicas. Quien ha
visto documentales sobre animales sabe que si un miembro de la manada se aparta
de ésta sus posibilidades de sobrevivir disminuyen. Los escritores necesitamos
apartarnos de la manada en algún momento. Yo al menos creo en la experiencia
como una fuente narrativa. Por eso me fui de Perú, quería conocer más países,
ver de cerca los cuadros que admiraba en una enciclopedia en la biblioteca de
mis viejos, enfrentarme a algo nuevo que me pusiera en situaciones límite. Creo
que lo he conseguido, pero he vuelto a la manada, ahora soy padre de mellizos y
es de lejos la experiencia más salvaje y alucinante que se puede vivir. Esto se
parece a estar de pie en una cadena de montaje veinticuatro horas al día, con
la diferencia de que uno trabaja a gusto y los jefes, mis hijos, me hacen
sonreír.
- “Idaho en el corazón”, “Sad songs from Idaho” y “El
Maestro A.A.” se distinguen de los otros cuentos seleccionados porque el
elemento autobiográfico parece ausente. ¿Son un homenaje literario al artista
de culto, refugiado en el casi anonimato? ¿Son historias absolutamente
ficticias?
Esas tres que
mencionas son las historias que tienen menos asidero en mi experiencia. Me
gustaban ciertas atmósferas y paisajes, pero no sabía qué hacer con ese
material. No había un hilo narrativo, sólo escenas que había contemplado.
Entonces apareció el fantasma de esos artistas que se pierden por razones que
no llegamos a comprender. Los tres son un homenaje a eso que llamamos One hit
wonder, ya sea en la música o en la literatura. Aunque hoy se venera el éxito, a
mí me sigue atrayendo el misterio que encierran ciertos fracasos. El éxito
puede servir como ejemplo para las escuelas de negocios, no para un escritor. No
se escribe pensando en los libros que uno venderá, hay que hacerlo como si
estuvieras a punto de ser fusilado y tuviera una última palabra de despedida.
-En cuentos como “Al borde del borde” hay una toma de
posición del narrador a favor de cierto “malditismo”, cierta devoción por “el
lado oscuro”. ¿Esta afinidad es solo literaria?
Siempre tuve una
gran debilidad por moverme en ciertos ambientes. Cuando era joven y gracias a
un amigo podía ir a conciertos y fiestas quería llegar hasta el backstage para
saber qué se cocinaba allí. Fue una época intensa y luego vi cómo algunos
amigos se perdían en esas noches que nunca acababan. A veces recuerdo esos
momentos, cuando íbamos a comprar droga o sobornábamos a la policía, y me
pregunto por qué ese mundo paralelo, marginal, me atraía tanto desde pequeño.
No he encontrado una explicación definitiva. Pero ya pasó esa época, lo cual no
evita que me sigan interesando los personajes con biografías politoxicómanas,
aunque eso tampoco basta, tiene que haber un añadido, el detalle que las separe
del montón de huesos.
-La mayoría de cuentos incluidos participaron en
concursos literarios sin suerte, aun así luego aparecieron en revistas.
¿Considera su publicación ahora en un libro una reivindicación o una ironía?
¿Sigue confiando en los concursos?
Publicar estos
cuentos en un libro ha sido una casualidad. Mesa Redonda me pidió que le
propusiera un libro. Se me ocurrió devolver estos cuentos a su origen porque en
su mayoría formaron parte de algún manuscrito rechazado y con el tiempo
acabaron como la leyenda de Tupac Amaru. Respecto a los concursos, hay que
aprender a concursar. Antes de enviar un cuento hay que leer los ganadores de
ediciones pasadas y ver si el jurado es el mismo de siempre. Si se trata de
señores que premian historias regionales yo no tengo nada que hacer allí.
Porque así como hay concursantes profesionales, también hay jurados
profesionales, lo que he llamado la burocracia literata, narradores y poetas
que reparten premios de cuantía importante entre sus conocidos, que a su vez
les devolverán el favor. Pero no son premios que suenen como el Herralde o el
Alfaguara. Digamos que es la Segunda de la literatura en España. Para ganar en
Primera necesitas un buen agente y tener una presencia mediática importante o
ser una promesa que asegure las ventas. Esto es así, que nadie se engañe.
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