La semana pasada, el navideño martes 25 de diciembre, el considerado por muchos como “el decano de la crítica literaria nacional”, don Ricardo González Vigil, incluyó mi novela corta Karma instantáneo para John Lennon entre los mejores libros publicados el año 2012. Lo escribo a deshora porque, es obvio, me he enterado de su publicación hace pocos días.
Ojalá esta mención sirva para que más lectores se interesen en leer mi breve novela en vez de “ensartarse” con los llamados “vendedores” (paradójicamente la obra más vendida en la Feria Internacional del Libro en Lima el 2012, la última novela de Bryce Echenique, Dándole pena a la tristeza, es la más notoria aunque explicable ausencia en la lista de González Vigil).
A diferencia de otras listas, González Vigil ha preferido dividir los textos por géneros un poco más esquemáticamente (diferenciando por ejemplo “novela” de “novela corta”; criterio discutible, en mi opinión) y elaborar los listados correspondientes, de tal suerte que aparezco mencionado en la nómina de los mejores libros de “novela corta”. Sorprende asimismo que no se incluya a ningún libro de cuentos. Otros autores han criticado cierto sesgo a favor de escritores limeños, puede ser, en todo caso está claro que los sellos editoriales que gozan de más favores mediáticos están afincados en la capital.
A diferencia de otras listas, González Vigil ha preferido dividir los textos por géneros un poco más esquemáticamente (diferenciando por ejemplo “novela” de “novela corta”; criterio discutible, en mi opinión) y elaborar los listados correspondientes, de tal suerte que aparezco mencionado en la nómina de los mejores libros de “novela corta”. Sorprende asimismo que no se incluya a ningún libro de cuentos. Otros autores han criticado cierto sesgo a favor de escritores limeños, puede ser, en todo caso está claro que los sellos editoriales que gozan de más favores mediáticos están afincados en la capital.
De todos modos la inclusión en el balance literario de González Vigil de poco más de cincuenta libros (repartidos en los rubros “poemarios”, “novelas” y “novelas cortas”) da cuenta de su innegable afán abarcador entre lo que, a su criterio, es lo más destacado en la producción literaria nacional del 2012. También resalta el “boom” de las casas editoriales independientes (treinta y cinco libros seleccionados pertenecen a este tipo de sellos). En contrapartida, son escasas las menciones de editoriales grandes (he contabilizado en total siete libros) y las demás menciones se reparten entre fondos editoriales de instituciones y universidades.
Esta es la tercera vez que figuro en un recuento literario de fin de año. La primera fue el año 1994, por mi ópera prima, la nouvelle La Ruptura, en un artículo redactado por el escritor y periodista Javier Arévalo, titulado “Los libros que ocuparán un lugar en nuestro recuerdo”, publicado en El Comercio. La segunda ocasión fue el año 2009, en un balance literario a cargo del escritor y crítico José Güich, publicado en el diario Correo, en el que se incluyó el libro Discursos contra la Bestia Tricéfala, que reúne también escritos de Ybarra e Inocente, y en el que colaboré con el relato de política-ficción El Foro.
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